ASÍ AFECTAN LOS HURACANES AL TRAFICO AÉREO.
Los vientos provocados por un huracán son muy violentos: pueden llegar a velocidades de casi 300 quilómetros por hora. Esto afecta el espacio aéreo de la zona del huracán, ya que los aviones no pueden volar con vientos tan fuertes.
Cuando es posible, las compañías buscan una ruta alternativa para desviar los aviones. Pero muchas veces no pueden recolocarlos a todos y tienen que cancelar miles de vuelos.
Por ejemplo, durante el paso del huracán Harvey por Houston se cancelaron más de 11.000 vuelos. También se calcula que los vuelos cancelados por culpa del huracán Irma provocaron unas pérdidas económicas de 400 millones de euros.
VOLANDO DENTRO DE UN HURACÁN.
En realidad, un avión comercial vuela a una altitud de crucero mucho más alta que el huracán. De hecho, podría sobrevolar la tormenta sin ningún problema. Pero las aerolíneas prefieren evitar riesgos: si el avión sufriera un contratiempo que le obligase a descender, la situación sería muy peligrosa.
Aunque de vez en cuando hay excepciones. Durante el Irma, un vuelo de Delta Airlines despegó en San Juan (Puerto Rico) con vientos de más de 60 km/h. La compañía no quería dejar el avión en ese aeropuerto y después de un estudio muy detallado decidió que era seguro volar.
Según los pasajeros, hubo muchas turbulencias durante el despegue y los primeros minutos de vuelo, hasta que el avión superó la altura del huracán.
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